viernes, 19 de noviembre de 2010

Un toque de atención a nuestros políticos

He creído correcto titular este pequeño fragmento de esta forma porque, a mi modo de ver, eso es lo que le ha dado el pueblo español a nuestros políticos, un toque de atención. Digo esto porque cuando salen a la luz ciertas informaciones como que si hoy Belén Esteban se presentase a la presidencia sería la tercera fuerza política del país, te das cuenta de que la gente no observa diferencias insalvables entre nuestros líderes políticos y la dichosa "princesa del pueblo" que, en mi opinión, es simplemente uno de los síntomas de nuestro analfabetismo. Y es normal que ciertas personas apuesten por la susodicha antes que por nuestros dirigentes ya que han perdido toda credibilidad (si es que la tenían).

Cuando el presidente afirma que se creará un millón de puestos de trabajo en el sector de las energías renovables y a la semana siguiente decide recortar las primas para las renovables en un 45% te preguntas si eso no es una contradicción. No es que sea un experto en materia de economía y mucho menos en el sector de las renovables pero no creo que sea beneficioso para dicho sector que se recorten las inversiones y mucho menos cuando lo que se pretende es aumentar el número de empleados. Si bien tampoco comparto la intención de desarrollar este sector dado que es uno de los sectores más desarrollados de nuestra economía, el cual ha llegado a su límite, al menos hasta que se desarrollen otros, y que actualmente ya aporta el máximo de beneficios que de él se pueden extraer. Prueba de todo esto es la salida a bolsa de Iberdrola Renovables, la filial verde de la famosa energética, cuyas acciones desde entonces no han dejado de bajar.

Pero no seamos insustanciales y no pensemos que sólo el gobierno lo hace mal (en opinión de algunos "no tan bien"), la oposición tampoco es que aporte ideas frescas con las que renovar nuestro sistema económico, parecen más centrados en ganar las próximas elecciones que en sacarnos de la crisis cuanto antes. Leyendo esta mañana el periódico me ha llamado la atención una noticia que hablaba del descontento de Alberto Ruiz Gallardón que, tras haber acudido a la Moncloa en busca de financiación gubernamental, se volvió a casa con las manos vacías. En esta ocasión no es que el gobierno no haya querido otorgar al alcalde lo que pedía sino que, haciendo uso de razón, ha preferido no financiar al ayuntamiento de Madrid con el fin de evitar que continúe endeudándose. Ésta es la historia del hijo pródigo que, tras haber gastado todo el dinero, acude a su padre solo que en esta ocasión en vez de acudir para pedir perdón acude para pedir más dinero. Y es que en el mundo de la política pedir perdón está mal y pedir dinero parece ser lo correcto, ¡qué paradoja!, ¿verdad?.

También esta mañana, en el mismo periódico he leído otra noticia que decía que representantes de las principales empresas españolas habían acudido a la Zarzuela para presentar al Rey una serie de medidas con las que pretenden reformar el sistema financiero español. Entre las medidas presentadas me ha llamado la atención una en concreto que decía que el sistema educativo actual debe dar un giro e ir en busca de la excelencia. ¿Acaso el sistema educativo actual no busca la excelencia? Pues según estos empresarios no y la verdad es que estoy completamente de acuerdo con ellos. No es que el sistema educativo no busque la excelencia sino que cuando la encuentra no la promueve. Es interesante observar cómo en tu propia universidad se ofrecen apenas 100 plazas para una carrera perteneciente al campo de las ciencias mientras que se ofrecen 1000 plazas para estudiar ADE. No es que tenga nada en contra de dicha carrera pero, ¿de qué van a ser esas 1000 empresas que dirijan esos 1000 estudiantes?. Las mayores empresas del mundo son tecnológicas, y si no promovemos los estudios técnicos y científicos, ¿cómo vamos ocupar un lugar prioritario en la economía mundial?. Es por todo esto que estos empresarios se preocupen por la educación, porque lo que están haciendo es mandarnos un mensaje: "No necesitamos más gente mediocre sino personas brillantes que nos guíen en el futuro, pero si a estas personas no las apoyamos corremos el riesgo de que sean tan mediocres como el resto".

Y como por hoy es suficiente, aquí lo dejo.
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