viernes, 27 de mayo de 2011

Desde mi sillón...

¿En qué nos hemos convertido? ¿Qué nos ha pasado? ¿Dónde se han metido todos esos idealistas de antaño? ¿Dónde se han escondido?

No sé muy bien lo que éramos así que me resulta un tanto difícil adivinar en qué nos hemos convertido y se me antoja imposible decirles si hemos mejorado o no. Lo que sí creo saber es qué nos ha pasado, qué nos ha llevado a ser lo que somos y a hacer lo que hacemos. Así pues, procedamos, abramos la puerta a la reflexión ¡y que el último cierre, no vaya a ser que a alguno de ustedes le dé por reflexionar más de la cuenta y jodernos el chiringuito!

Voy a partir de la hipótesis de que éramos idealistas para llegar a lo que podemos haber pasado a ser y así intentar dejarles, a su libre elección (si me siguen hasta el final de este infumable artículo) la decisión de si hemos mejorado o no.

De modo que, a mi modo de ver, antaño éramos fieles luchadores, con ideales firmes, argumentos contundentes, defendibles y defendidos. Nos dejábamos la vida, si era necesario, por defender las causas justas, denunciar las injusticias y respaldar a todos aquellos idealistas promotores del progreso.

Pero por alguna oscura razón, imperceptible a simple vista, nos hemos acomodado en nuestros señoriales sillones, aparcando ese espíritu luchador para rescatar desde las más temibles profundidades ese conformismo barato del que antaño hacíamos burla, esa resignación que odiábamos y de la que tanto renegábamos. ¿Que dónde andan esos viejos idealistas? Pues detrás de ese periódico que sólo habla de políticos corruptos, sucesos escabrosos, luchas personales, en ocasiones encarnizadas incluso… Detrás de ese papel color salmón, diciéndose: "¡Es que estos políticos nos llevan a la ruina!" Que el Íbex sube un 1% pues caras largas, que baja pues caras XL… Les preguntas que cómo les va y te responden: "pues ya sabes, con la crisis ésta…" ¡¿Pero nadie se da cuenta de que Roma arde?! Y mientras tanto unos le echan la culpa a los otros y los otros a los unos y , de tanto en tanto, sale algún político y asume la culpa, ¡ahh no espera, que eso sólo pasa en las pelis! Así que así vamos, sin rumbo y sin intención de encontrarlo. Y que salen unos cuantos "perroflautas", a pedir todo aquello que en su día demandamos pero que ahora no nos gusta tanto, pues a la hoguera con ellos, ¡ahh no, que estamos en democracia y esas cosas ya no se hacen! ¡Qué pena! Pues a ver qué hacemos, que ya se han juntado unos cuantos… ¡Espera! ¡Ya lo tengo! ¡Decapitación mediática! Que hoy en día es muy efectiva, un par de titulares malintencionados, algún que otro editorial enrevesado y… ¡voilà! Ahí tienen a "cuatro perroflautas" neoliberales, que intentan acabar con nuestro "estado del bienestar" já já y já (perdonen el sarcasmo, no lo podía evitar). Perfecto, revolución sofocada, ya podemos volver al sillón. ¡Ay con estos jóvenes de hoy en día que no quieren ni estudiar ni trabajar! ¡Tendrían que darnos las gracias por disfrutar de lo que hoy tienen! Já já y já (uy perdón de nuevo, no sé que me pasa). ¡Menos mal que los hemos silenciado, no vaya a ser que les dé por cambiar algo a mejor y mi hipoteca dure un par de añitos más!

Mientras tanto, en el mundo de las minorías la tensión y el resquemor crece, los acomodados partidos mayoritarios comienzan a ser el blanco de todos los dardos sutilmente enviados por los habitantes de este "pequeño" planeta.

¡Hombre si es época de elecciones! ¡Ay que ver lo democráticos que somos en este país, ¿ehh?! ¿Que a quién voto? Pues al PP. ¿Y tú? ¿Al PSOE?, ¿seguro? ¿Y éste? ¿A los socialistas también? ¿Y aquél? Espera, no me lo digas, ¡al PP! ¿Y ese de allí? ¿A UPyD? ¿Qué es eso? ¡Esos seguro que son comunistas de esos! ¡No salen ni en la tele! ¿Que si me gusta el bipartidismo? ¡Pues claro que no hombre! ¡Eso para los isabelinos y los carlistas! ¿Que te diga algún partido que no sea ni PP ni PSOE? Mmmm… Déjame que piense… … …

Así pues, desde la comodidad de mi sillón reclinable, no obstante, menos cómodo que el de sus señorías en el congreso, puedo afirmarles que no sé si Roma se quema pero lo que sí sé es que en Sol hay varios quemados,y no del sol, (no podía evitar la analogía) y que sin nuestro apoyo todas esas "no tan descabelladas" propuestas quedarán relegadas al más profundo de los olvidos y esa insurrección ante un sistema fallido no figurará ni tan siquiera en los anales de la historia. Y ese caballero oscuro, disfrazado de don Quijote, al que algunos osan llamar don Alfredo, que caminó por la senda de la ilegalidad para rascar algún que otro voto ante la que se le avecinaba no recibirá su merecido y entonces, sólo entonces, todo lo que hicimos, o lo que entonces sí que dejamos que hicieran otros, no valdrá de nada.

¡Buenas noches y buena suerte!


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