viernes, 25 de febrero de 2011

¡Se regala...!

¡Se regalan pensamientos, ideas originales, deducciones lógicas, sus dueños no las quieren, alegan no triunfar en la vida por culpa de éstas!
A cambio se piden donaciones de horas de "gym", horas de Mujeres, ¿hombres? y viceversa, horas perdidas, horas que dedicar a la bebida, a las drogas, al sexo sucio… Horas que dedicar a tirarse al sofá sin ningún tipo de propósito más que el de vaguear. Horas que desaprovechar…

Además, ¡se prohibe, bajo pena de exclusión social, pensar, estudiar, instruir y cualquier otro tipo de actividad intelectual en la vía pública! Aquellos individuos que no cumplan con la normativa serán castigados por una sociedad en decadencia, falta de valores y sobrada de autoestima.

No obstante se amplían las plazas universitarias, eso sí, bajando el nivel de los estudios notablemente. Se pluraliza la educación a costa de la mediocridad de todos los estudiantes y se ponen trabas a aquellos estudiantes excepcionales dotados de ingenio pero faltos de mediocridad. Esto es Bolonia amigos míos, esto es lo que han creado una serie de dirigentes políticos con el fin de que la educación llegue a todas partes, y no es que la idea sea mala, acabar con el analfabetismo es un fin admirable pero no a costa de los que de verdad quieren estudiar. Digamos que en España existían dos tipos de personas: las que estudiaban una licenciatura y las que no, ahora sólo existe un tipo de persona, la que estudia grado. Y lo que se ha hecho es coger al 90% de los estudiantes españoles que nunca habrían estudiado una licenciatura, al 10% que sí lo habrían hecho y meterlos en una caja, agitar bien y el resultado ahí está. Personas que aprobando "Fundamentos de la Economía" no saben qué es el Dow Jones o Nasdaq, o no saben qué es un "spin off" o qué es una OPV… Personas que habiendo aprobado la asignatura Geología no saben la diferencia entre meseta y llanura…

Y es que el resultado es claro, fracaso absoluto, y, aun a riesgo de parecer fatalista, les diré que nos vamos a pique. Hemos diseñado un sistema educativo que lejos de diferenciarnos de máquinas nos asemeja a ellas, sin tener en cuenta que en ese empeño de parecernos cada vez más a un ordenador estamos fracasando pues, seamos realistas, nosotros no tenemos la capacidad de una base de datos. Lejos de diferenciarnos por nuestra capacidad de pensar y no de responder a un patrón fijo, cada día nos enseñan nuevos patrones para que nada se nos escape sin darnos cuenta de que siempre hay alguna situación o problema que requiere más de nuestra capacidad de razonar que de nuestros conocimientos, los cuales también son más que deficientes.

Y como apaño chapucero a todo esto se nos aconseja estudiar un máster, sin pararnos a pensar el mensaje que nos mandan con ello. ¡Ni los propios creadores de este sistema educativo creen en él!

Señores, he aquí el mayor dilema al que nos enfrentamos: educación de calidad para unos pocos que la quieren o educación mediocre para todos.

Y es que como decía aquel: "El hábito no hace al monje". Aunque en este caso no se si es más conveniente citar aquella frase que dice: "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda".
¡Buenas noches y buena suerte!
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